miércoles, 30 de noviembre de 2011

Invernaderos para las azoteas de la ciudad

Parecía que la agricultura era una cosa que ocurría únicamente en el campo. Craso error. Desde el siglo XX no se divisaba el XXI y por eso nadie pudo imaginar que las azoteas de los edificios en las ciudades podían convertirse en invernaderos. La idea de instalar un huerto urbano en terrazas, azoteas y balcones no es nueva pero, en la actualidad, no solo se propaga por los tejados de grandes metrópolis de todo el mundo. La técnica se está haciendo más sofisticada para que no solo crezcan lechugas y los terrados se conviertan en verdaderos ecosistemas agrícolas con 50 plantas distintas y su correspondiente comunidad de insectos.
Este concepto de invernadero es una propuesta de la compañía holandesa de diseño Except. Junto a InnovationNetwork y SIGN han desarrollado un modelo de invernadero que va más allá del monocultivo y es, en realidad, un ecosistema en el que pueden crecer a la vez hasta 50 tipos de frutas y verduras distintas junto a los insectos que hacen posible su crecimiento sin necesidad de fertilizantes ni pesticidas artificiales.
Llenar los tejados de Nueva York con estos invernaderos podría suministrar alimentos suficientes para la mayoría de sus habitantes, según la compañía. Y en el caso de una ciudad con menos densidad de población, como Rotterdam, podría cubrir hasta el 80% de sus necesidades alimenticias utilizando solo el 3% de su superficie.

La intención de este sistema, llamado Polydome, es cultivar verduras y frutas en el cielo de ladrillo de las ciudades para promover la agricultura local (realmente local, no la del pueblo de las afueras) y hacer de las ciudades espacios más habitables y naturales.

Para poder abastecer a la comunidad con este tipo de agricultura biológica, Except propone plantar semillas compatibles en una misma tierra de cultivo y que requieran el mismo tipo de luz y nutrientes con el fin de maximizar la productividad del invernadero.

Este modelo de agricultura está concebido desde la filosofía zero-waste o, también, desde la lógica de la Blue Economy (la teoría económica que toma como modelo la naturaleza porque, en su dinámica de funcionamiento, no genera basura ni desperdicios). El enfoque de Polydome se basa en reutilizar todos los residuos de las cosechas. Los restos de plantas no aptas para el consumo se emplean como abonos o como comida para animales. Los excrementos de los animales se usan como fertilizante natural.

En estos invernaderos urbanos se utiliza también el cultivo hidropónico (un tipo de agricultura que no requiere el empleo de tierra. Las plantas se nutren de agua y minerales). La lechuga, las fresas, los pimientos o las judías verdes, por ejemplo, pueden crecer perfectamente mediante este sistema.

Except plantea en Polydome la cría de pollos en estos espacios, peces en estanques artificiales e insectos en los cultivos. Entre ellos, las abejas, para producir miel.

La compañía asegura que un ecosistema Polydome puede durar unos 30 años. La explicación del proyecto, en detalle, está recogida en este libro editado en PDF bajo licencia creative commons.


FUENTE: http://www.yorokobu.es

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