Queremos recomendaros este interesante artículo de José Pico en Redex.
Las ciudades están empezando a abandonar su condición de artificialidad, generándose nuevas alternativas en su desarrollo y uso.
Uno de los fenómenos más beneficiosos, en este camino, que están empezando a aparecer en ellas son los huertos urbanos. Cada vez más personas, ya sea a través de iniciativas individuales con pequeños huertos o iniciativas de colectivos que gestionan estos usos de modo inteligente, disfrutan de esta nueva perspectiva de ciudad.
La ciudad como territorio antropizado, ha tenido durante todo el S.XX un desarrollo ajeno a lo natural, apareciendo sólo jardines o parques como un resquicio de naturaleza, aunque domesticada. Pero la naturaleza está empezando a superar su carácter se espacio lúdico para abarcar otros usos y uno de ellos es el huerto urbano, que permite no sólo el beneficio para aquellas personas que lo trabajan o gestionan, de sus productos, sino también entender y valorar la importancia de la agricultura, educar y recuperar el valor de los productos obtenidos con lentitud, esfuerzo.
Cultivar, ver crecer y recoger se convierten para aquellos que han olvidado o no han vivido esa experiencia en una terapia enormemente beneficiosa. También son actiividades capaces de reforzar el tejido social de un barrio. Para otros colectivos, como aquellas personas que hoy habitan en nuestras ciudades y abandonaron sus pueblos de origen, los huertos permiten recuperar algo de ese modo de vida que perdieron. También una nueva ilusión para otros tras el cese de su vida laboral.
Un ejemplo de este último caso es el fenómeno que recoge el libro “la ciudad jubilada”, una serie de huertos auto-gestionados donde trabajan ciudadanos jubilados en el extrarradio de Barcelona.
Otros proyecto diferente es Prinzessinnengarten en la ciudad de Berlín, un huerto concebido en una antigua zona industrial no sólo como tal, sino como espacio generado para el intercambio de conocimientos y que puede ser “transportable” dentro de la ciudad. Una nueva forma de concebir el barrio. Una regeneración a partir de este uso.
Estos son sólo un par de ejemplos que muestran una realidad que cada vez será menos aislada. Sin duda la ciudad contemporánea, tendrá que ser un espacio diferente al que hoy vivimos, un híbrido entre lo artificial o urbano y la naturaleza aunque domesticada en otros formatos.
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