En un pasado no muy lejano, en la vida rural, la mayoría de las personas que habitaban los pueblos disponían de un pequeño huerto que servía para el abastecimiento de la familia. En estos huertos se usaban plantas de variedades locales, adaptadas a las condiciones del medio, se utilizaban técnicas y prácticas de cultivo sostenibles, como el empleo de compost de estiércoles y otros materiales orgánicos como abono. En Atapuerca (Burgos) se han propuesto recuperar esta buena costumbre.
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