Cualquier rincón del jardín es bueno para plantar un huerto. Para un amante de la jardineria no hay satisfacción mas grande que ver crecer las plantas que uno cuida. ¿qué mejor que podérselas comer después?
Por pequeño que sea, siempre acaba dando frutos, y si no es así es que algo hacemos mal. En el caso de los huertos pequeños, o el agua no es suficiente o el sustrato no es el idóneo.
Una terraza en la ciudad puede estar decorada con hortalizas y plantas aromáticas. En este caso el trabajo de mantenimineto no es poco, porque con tan poca superfície el agua y el abono tienen que ser constantes, pero los aromas que desprenden ya valen el esfuerzo.
En un par de cestos debidamente protegidos podemos cultivar las plantas que queramos. Vigilando a las más invasoras y favoreciendo las mas lentas tendremos una composición espectacular.
Siempre está la posibilidad de aplicar el ahorro máximo de los recursos y evitar que se pierda el agua sobrante de cada riego. Este depósito acumulará también el agua de la lluvia y abastecerá los posteriores riegos. Además está la posibilidad de añadir el abono en el depósito y de esta forma aplicarlo directamente a las plantas.
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